

El Acueducto Romano de Albarracín – Gea – Cella
El blog de Casa Rural El Garrote
El acueducto romano de Albarracín a Cella es una de las grandes obras de ingeniería hidráulica que aún perdura en la Península Ibérica, destacando por su impresionante construcción y su trascendental importancia en la historia de la región. Construido en el siglo I d.C., este acueducto se extiende a lo largo de casi 25 kilómetros, atravesando paisajes y terrenos de gran belleza y significado histórico.
El acueducto partía de las proximidades de Albarracín, una de las localidades más emblemáticas de la provincia de Teruel, y se dirigía hacia Cella, un núcleo urbano que fue una próspera ciudad romana desde el siglo I a.C. La finalidad de esta infraestructura era el suministro de agua para la población, algo esencial para el desarrollo y la vida diaria en la ciudad romana. Los romanos eran maestros en la construcción de acueductos, y este no fue una excepción, demostrando su avanzado conocimiento en hidráulica y arquitectura.
El recorrido del acueducto sigue el curso del río Guadalaviar durante los primeros tramos, lo que facilitaba la captación y el transporte del agua a través de un sistema que aprovechaba la gravedad. La ruta está dividida en siete tramos adaptados para la visita, permitiendo que los turistas y los aficionados a la historia puedan conocer de cerca las características y técnicas de construcción de esta impresionante obra. A lo largo de estos tramos, se encuentran mesas de interpretación que proporcionan información detallada sobre el acueducto, su estructura, y las técnicas utilizadas por los ingenieros romanos para garantizar su funcionamiento.
El acueducto fue construido con materiales locales, principalmente piedra y ladrillo, y presentaba una gran sofisticación técnica, con canales que se mantenían a nivel a lo largo de todo su recorrido. Su diseño garantizaba un flujo constante de agua, vital para el abastecimiento de las termas, fuentes y otros elementos urbanos esenciales en la vida romana.
Además de su valor histórico y arquitectónico, el acueducto también constituye un testimonio del ingenio romano y de cómo esta civilización logró adaptarse a las necesidades de sus habitantes, mejorando su calidad de vida mediante la ingeniería.
Hoy en día, el acueducto de Albarracín a Cella es una de las rutas de senderismo más interesantes de la provincia de Teruel. La posibilidad de recorrer sus tramos, admirar el paisaje que rodea esta antigua obra de ingeniería y comprender el impacto que tuvo en la vida cotidiana de los habitantes de la ciudad romana de Cella, convierte esta visita en una experiencia única.
En conclusión, el acueducto romano de Albarracín a Cella no solo es una maravilla de la ingeniería antigua, sino también un valioso patrimonio histórico y cultural que sigue siendo una fuente de conocimiento y admiración para todos aquellos que lo visitan.