El Convento de las Capuchinas, también conocido como Monasterio Franciscano, es uno de los tesoros arquitectónicos más notables de la Sierra de Albarracín. Aunque su construcción es relativamente moderna, datando de la segunda mitad del siglo XVIII, refleja a la perfección el espíritu de sencillez y pobreza promovido por San Francisco de Asís, el fundador de la orden franciscana.
Un Exquisito Ejemplo de Estilo Rococó
Lo que hace único a este convento es su iglesia, considerada la más fina expresión del estilo rococó en la región. El templo tiene una planta de cruz latina, con un diseño arquitectónico que muestra influencias bizantinas, destacando una bóveda de medio cañón con lunetos que da una sensación de amplitud y serenidad. En el crucero, se eleva una cúpula de bandas sobre pechinas, que corona el espacio de manera majestuosa.
Arte Sacro y Devoción
En el retablo mayor del convento se encuentra la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, una figura que invita a la devoción y la reflexión. Además, en el crucero se pueden admirar dos retablos impresionantes. Uno está dedicado al Santo Cristo de la Paz, una representación de gran valor artístico y religioso, mientras que el otro alberga una hermosa talla de la Inmaculada Concepción, una obra que destaca por su delicadeza y belleza.
Un Lugar de Paz y Espiritualidad
El Convento de las Capuchinas no solo es un lugar de recogimiento espiritual, sino también un punto de interés para los amantes del arte y la arquitectura. Su atmósfera tranquila y su rica herencia histórica hacen de este monasterio una parada obligatoria para quienes visitan la Sierra de Albarracín. Aquí, el espíritu franciscano de pobreza y sencillez se entrelaza con la magnificencia del arte sacro.
